domingo, 22 de junio de 2014

Por los valles Colla, Josina y Pesio




Hoy, vamos a visitar los tres últimos valles del sector montañoso de los Alpes lígures: Colla, Josina y Pesio.

Salimos de la ciudad de Cuneo por la Strada Provinciale 21 (esp.: carretera provincial 21) y tras recorrer aproximadamente nueve kilómetros hacia el sur, llegamos a Boves. Este municipio se encuentra ubicado en la orilla izquierda del torrente Colla. Su historia no difiere demasiado de la de los tantos otros burgos de la Provincia de Cuneo que sufrieron las consecuencias de las incursiones sarracenas y de las luchas entre feudatarios deseosos de adquirir poder y beneficios. Fue sucesivamente posesión de los marqueses del Vasto, de los marqueses de Busca (1144), de los marqueses de Ceva (1214), del marquesado de Saluzzo, de los Visconti, de los Acaya (1396) y finalmente, de los Saboya (1418). Entre los siglos XVI y XVII, su territorio se vio fuertemente comprometido y afectado por las guerras entre franceses, españoles e imperiales, como asimismo por las secuelas de la guerra: la hambruna y la peste. En 1796, las tropas napoleónicas se apoderan de la ciudad de Boves, situación de la que salió en 1814 al restaurarse el reino de Piamonte y Cerdeña. En el siglo XX, entre 1943 y 1944, numerosas fueron las pérdidas humanas de Boves, víctimas de las represalias nazi-fascistas contra la población civil, conocidas como el Eccidio di Boves (esp.: matanza de Boves). Sus principales obras arquitectónicas son: el Palazzo del Municipio Vecchio (actual Biblioteca Civica del Ricetto), la iglesia parroquial San Bartolomeo, los santuarios de Santa Giusta, della Mellana, Sant'Antonio delle Vigne, Madonna dei Boschi, como asimismo la iglesia San Grato Vescovo de la frazione Rivoira.    

Boves - Piazza Toselli e Municipio
Boves - Palazzo del Municipio Vecchio, Biblioteca Civica del Ricetto
Boves - Parrocchiale di San Bartolomeo
Boves - Santuario di Santa Giusta 
Boves - Santuario della Mellana
Boves - Sant'Antonio delle Vigne
Boves - Santuario della Madonna dei Boschi
Boves - San Grato Vescovo
Dejamos a nuestras espaldas Boves y nos dirigimos hacia el este, a Peveragno. Este municipio se encuentra al pie del monte Bisalta, en la margen izquierda del torrente Josina, a poca distancia de la confluencia de los torrentes Bedale y Colla. El primer documento en el que se menciona Peveragno es el acta de venta de un viñedo ubicado en la colina de San Giorgio. Al igual que los burgos vecinos, fue primeramente dominio del obispado de Asti. Desde 1369 hasta 1396, perteneció a los marqueses de Monferrato, luego, a los príncipes de Acaya y a partir de 1419, a los duques de Saboya. Entre sus obras arquitectónicas destacan: el palacio del Municipio y las iglesias Santa Maria, San Giovanni Battista, Santa Croce, Madonna del Borgato. Merecen asimismo un recorrido las pintorescas callejas, donde, podremos ver, entre otras cosas, los antiguos lavaderos públicos.

Peveragno - Municipio
Peveragno - piazza Paschetta e chiesa Santa Maria
Peveragno - San Giovanni Battista
Peveragno - Confraternita di Santa Croce
Peveragno - Madonna del Borgato
Peveragno - via centrale
Peveragno - viuzza
Peveragno - lavatoio
Desde Peveragno, nos dirigimos hacia el este hasta llegar a Chiusa di Pesio. Este pequeño municipio se encuentra en la margen izquierda del torrente Pesio. En el siglo XI, perteneció a los señores de Morozzo, bajo la jurisdicción de la ciudad de Asti. En 1173, dichos señores donaron el alto valle de Pesio a la orden de los cartujos, echando así las bases del famoso monasterio. En el siglo XII, fue parte de los dominios de los Anjou. En 1344, pasó a manos de los marqueses de Ceva. A partir del siglo XVII, fue posesión de los Solaro y finalmente, de los Saboya. A fines del XVIII, Chiusa di Pesio fue objeto de saqueo por parte de los ejércitos francés y español. En 1802, su patrimonio sufrió serios daños ocasionados por las tropas napoleónicas que ocupaban la región. Sus principales obras arquitectónicas son: las ruinas del antiguo castillo de Mirabello, el Palazzo del Marchese (actual Municipio), las iglesias Sant'Antonino Martire, dell'Annunziata, Sant'Andrea, San Rocco y la capilla campestre Sant'Anna. A pocos kilómetros más arriba por el valle de Pesio, se encuentra el edificio religioso más importante de la zona: la Certosa di Pesio (esp.: cartuja de Pesio).    

Chiusa di Pesio
Chiusa di Pesio - ruderi del castello di Mirabello
Chiusa di Pesio - Palazzo del Marchese, Municipio
Chiusa di Pesio - Sant'Antonino Martire
Chiusa di Pesio - Confraternita dell'Annunziata
Chiusa di Pesio - affresco di Sant'Andrea
Chiusa di Pesio - San Rocco
Chiusa di Pesio - Piazza Cavour
Chiusa di Pesio - Chiesa Campestre di Sant'Anna
Los orígenes de la Certosa di Pesio (esp.: cartuja de Pesio) se remontan a 1173, cuando los señores de Morozzo donaron el sector del alto valle de Pesio a Ulderico, prior de la orden de los cartujos. Las tierras se dividieron en granjas puestas bajo el control directo del monasterio. La primera construcción llevada a cabo por los monjes fue, en la orilla izquierda del torrente, la Correria, casa para los conversos de la orden monástica. Luego, entre la otra orilla del Pesio y la montaña, en medio de una profusa vegetación, se levantó la cartuja. Este hecho suscitó descontento entre los habitantes del valle, quienes se vieron privados de las altas tierras en las que hasta entonces pescaban, apacentaban sus rebaños y se abastecían de leña y de los productos del sotobosque. No obstante, gran parte de la rica vegetación del actual valle de Pesio, a la que hoy se llamaría "sustentable", se debe precisamente a la organización de las tierras y a la administración de los bosques llevadas a cabo por los monjes. En 1802, con la supresión de las ordenes religiosas por parte del gobierno napoleónico, se expropiaron los bienes del monasterio y muchas de sus obras de arte fueron fueron destruidas. Posteriormente, la cartuja, transformada en centro hidroterapéutico, vivió un período de fama y esplendor, durante el cual albergó a personajes ilustres como el conde de Cavour Camillo Benso, Massimo d'Azeglio, Giovanni Giolitti, el escritor Sthendal, el egiptólogo Fabretti y el botánico Burnat. En 1914, el prestigioso hotel cerró sus puertas. En 1935, el establecimiento recobró su antiguo carácter religioso con la llegada de los Padres misioneros de la Consolata de Turín, quienes lo convirtieron en un importante centro de espiritualidad.           

Certosa di Pesio
Certosa di Pesio
Certosa di Pesio
Certosa di Pesio