martes, 25 de marzo de 2014

Primeras familias piamontesas de Río Segundo, Provincia de Córdoba

Parroquia Nuestra Señora de Lourdes (*)
Presentamos aquí los apellidos de los primeros inmigrantes piamonteses que a fines del siglo XIX se afincaron en Río Segundo, departamento homónimo, Provincia de Córdoba. Los datos proceden de las actas sacramentales de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes de dicha ciudad, como asimismo del censo nacional de 1895.

Cabe precisar que en los registros de la mencionada parroquia se encuentran asimismo numerosas actas correspondientes a la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Laguna Larga.

Apellidos piamonteses

Abrate, Accastelli, Agostino, Agù, Aimar, Albano, Alessio, Ambra, Ambrosio, Arese, Astegiano, Ausello, Badano, Baima, Balbo, Balegno, Balossi, Banchio, Barbero, Barbetto, Barbonaglia, Bardus, Barello/Varello, Bechis, Berlanda, Bernardo, Berra, Berrutti, Bertaina, Bertazza, Bertino, Bertolo, Besso Pianetto, Bianco, Biga, Blengino, Blua, Boaglio, Boccardo, Boglione, Bolatti, Bollea, Bonansea, Bonetto, Bonfanti, Bongiovanni, Bonifazi, Bonino, Bonsignori, Borghini, Borgonovo, Boris, Bortoloni, Bosco, Bossa, Bottero/Vottero, Bracco, Brandi, Brarda, Brasca, Brassiolo, Brondino, Brunetti, Bruno, Buffa, Bulla, Buzzi, Cacciolato, Cagnolo, Calvo, Campo, Capello, Cardellino, Carena, Carletto, Carniato, Carosio, Carrera, Casalis, Castellano, Castello, Cavaglià, Cavallo, Cena, Cernotto, Chiappino, Chiesa, Ciampani, Ciglione, Cismondi, Collino, Colombo, Comba, Copello, Curetti, Dadone, Dalmasso, Dalmazzo, Daniele, D'Antonio, Debernardi, Dellamora, Dellarossa/Dellarosa, Demaria, Demicheli, Dequino, Druetta, Dutto, Enrici, Enrico, Fabro, Falco, Farino, Farò, Ferrari, Ferrero, Ferretti, Fissore, Fontana, Fornara, Fornasero, Franchi, Frossasco, Gaetano, Galipò, Gallè, Galleazzo, Galletto, Gallo, Gandiglio, Garino, Garro, Gava, Gea, Ghiano, Ghizzoni, Giacomini, Giacosa, Gianoni, Gili, Giordano, Giovannini, Giraudo, Gismondi, Gobbi, Gontero, Gribodo, Guglielmetti, Guidobaldi, Inaudi, Isoardi, Jacot, Lagostina, Lardone, Lerda, Libra, Lombardo, Lunati, Macagno, Maglione, Magnano, Magnotti, Malano, Mammano, Mancardo, Mandrile, Maragno, Mare, Marello, Mariani, Martina, Martino, Martoglio, Martra, Mazza, Melloni, Merlo, Miretti, Mola, Morano, Morosini, Morra, Muratore, Musso, Nazzario, Nicola, Nigra, Nigro, Nonino, Novero, Oggero, Olivelli, Olocco, Oreglia, Osella, Otta, Ottone, Paglieri, Pairetti, Pavarino, Pellizer, Peretti, Perotti, Perusia, Pesando, Pessano, Peyron, Picasso, Piccinini, Pipino, Pisano, Pistone, Pochettino, Poi, Portè, Pozzi, Primo, Pussetto, Quaranta, Racca, Rabba, Rainero, Ramello, Rapetti, Rappa, Ratti, Raviolo, Re, Revelli, Ribero, Ripamonti, Robetti, Rodoni, Roggero, Rolle, Ronzoni, Rossetti, Rossi, Rosso, Rovaretti, Rovasio/Roasio, Rovera, Rubiano, Rubiolo, Ruffino, Sacchi, Sala, Salto, Scaramuzza, Scienza, Scorcione, Seia, Serra, Serrano, Simondi, Staffolani, Sterpone, Strumia, Tamone, Taricco, Tarò, Tavella, Testù, Tolosa, Torcello, Toselli, Trossi, Ulla, Valinotti, Vallè, Varrone, Vaschetto, Verri, Via, Viani, Viano, Vicario, Vigliano, Visconti, Vismara, Vottero/Ottero, Zaino, Zana.

Apellidos de personas de otras procedencias casadas con piamonteses

Albert (Guglielmetti), Arias (Ambra), Barthélemy (Pochettino), Basualdo (Scienza), Berbi (Pellizer), Biagli (Lerda), Bravo (Aimar, Rovasio), Bühlmann (Peretti), Ceballos (Lombardo), Colazo (Colazo), Di Carlo (Balossi), Domínguez (Novero), Ferreira (Lardone), Friggeri (Bruno), Galzio (Pairetti, Peretti), Lucrezio (Ramello), Macormick (Vismara), Marcolin (Daniele), Martínez (Trossi), Micheli (Gianoni), Monnier (Carniato, Martino), Moyano (Ghizzoni), Mussante (Bongiovanni), Narvaez (Ghiano), Navarro (Ghizzoni), Oliva (Melloni), Ottonello (Bardus), Pivetta (Bertino), Ramírez (Ambra), Rodríguez (Franchi), Saino (Balbo), Santù (Gallo), Sarmiento (Primo), Teba (Ciampani), Terribile (Sala), Torres (Ciampani), Trejo (Bracco), Venica (Curetti), Villalba (Pipino). 


(*) Foto tomada en préstamo de http://cordoba.nuestraciudad.info/portal/R%C3%ADo_Segundo

Cómo acceder a las actas sacramentales



Debido a la pregunta, formulada hace unos días en la mensajería de este blog, de cómo se puede acceder a la consulta y lectura de las actas de bautismo, matrimonio y defunción de las parroquias de las diferentes diócesis argentinas, creo oportuno compartir con todos aquellos que deseen rastrear las actas de sus antepasados la respuesta que he dado y algunas precisiones más.

Si se exceptúa el recurrir al propio cura párroco para que él se encargue de la búsqueda (ya que no resulta fácil dar con un sacerdote que tenga tiempo y disposición para hacerlo), sólo existen tres posibilidades.

La primera, la más anhelada por los apasionados por la genealogía, es la de obtener que el párroco o el encargado del archivo nos autoricen a realizar la investigación por nuestra cuenta. Si tenemos la suerte de que sea así, primero deberemos concertar un horario de visita para la consulta para que ésta no resulte molesta, y luego, si se nos permite fotografiar las actas, equiparnos de una buena cámara digital, o en caso contrario, tener lápiz y suficiente papel para transcribir las actas. A menudo, este tipo de búsqueda se ve facilitada por la existencia, al comienzo o al final de los libros de registros, de índices nominales con los números de las páginas a las que debemos ir.

La segunda posibilidad es la de concurrir a los centros de genealogía de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), donde en una sala de lectura de microfilms nos es dado visualizar los rollos que contienen las actas que nos interesa leer y/o transcribir. Personalmente, recurrí a este tipo de búsqueda al comienzo de mis investigaciones, por allá por los años 2000-2008, y deseo recalcar que la atención que se me brindó en cada una de mis visitas fue invariablemente cordial y solidaria. Además, cuando el centro de genealogía elegido para nuestro trabajo no dispone de los rollos en que se encuentran las actas que nos interesan, el mismo centro se encarga de solicitarlos a la sede central de Salt Lake City. Cuando llegan los rollos, generalmente pocos días después, las personas del centro de genealogía avisan telefónicamente. Recuerdo que en aquellos años los rollos permanecían un mes a disposición del interesado, quien pagaba por bobina la suma más que simbólica de tres pesos. Si se quería prolongar la investigación con el mismo rollo, se solicitaba la renovación por dos meses más, al cabo de los cuales el material ya no era devuelto a EEUU sino que se integraba a la mediateca del centro de genealogía local.

La tercera posibilidad es la que también brinda Family Search con la publicación en la red, desde hace algunos años, de miles de actas sacramentales no sólo argentinas sino de muchísimos países americanos y de otros continentes.

Aprovecho para expresar mi gratitud a todos los digitalizadores e indexadores de todos los países, como asimismo a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que me han posibilitado y facilitado la lectura del precioso tesoro que constituyen las actas sacramentales.